miércoles, 7 de marzo de 2012

La familia, la mejor inversión

El mes de marzo es uno de los más esperados, pues además de que se celebra en su primer domingo el día de la familia, también a mediados de mes celebramos la entrada de la primavera. De nuevo el sol se ve en la ciudad, acompañado de flores, árboles y pájaros que hacen un día maravilloso.
Reunidas a esta celebración y acompañando a la idea de que la familia es la base de la sociedad, les presentamos una recopilación de artículos sobre esta institución tan valiosa y tan importante. LA FAMILIA

 
 
Actulmente, el problema del desempleo y la crisis económica ha afectado severamente a las familias, desencadenando serios problemas dentro de ella. Si analizamos la causa de esta crisis nos daremos cuenta de que una de las razones es no saber invertir en el negocio familiar.
La sociedad es lo que representa la familia, respondemos ante la vida y ante los demás dependiendo de la educación que recibimos de nuestros padres. Esto es un círculo inevitable que no se resuelve de la noche a la mañana, se requiere de una verdadera estrategia e inversión de valores si realmente queremos superar esta crisis. Esta estrategia no depende del otro sino de ti, de mí y de cada uno.
La familia es mucho más que un hecho cultural que "nos toca vivir", la familia es una necesidad vital para la felicidad y realización de la persona humana, simplemente porque ahí experimentamos el amor y aprendemos amar. Sin amor el ser humano se enferma, como actualmente está sucediendo en miles de personas que ya no encuentran un sentido para vivir, depresiones, soledad, desesperanza, insatisfacción, vacío existencial... enfermos por falta de amor. Ésta es la peor enfermedad del ser humano.
¿Por dónde empezar? Simplemente como se empieza un negocio... Primero, analizar mi crisis familiar.
"Crisis", ésta palabra provoca en el interior un rechazo fuerte, sin embargo la crisis pone de manifiesto las imperfecciones y los errores, que si los enfrentamos pueden tener solución. Qué difícil es cambiar algo cuando no se ha detectado el problema. Crisis es oportunidad de construir, de poner cimientos sólidos, de aprendizaje, de cambio, de reconocer que no somos superhéroes y que la vida no la tenemos en el dominio de nuestras manos.
Para poder analizar con realismo se necesita madurez para ver las cosas tal cual son y no dedicarse a echar la culpa a los demás, pues en esta actitud puede estar la verdadera causa de la crisis.
Después hay que detenernos para preguntarnos: ¿qué quiero lograr en mi "negocio familiar"? Es la pregunta clave para definir mi camino.
Ante una crisis hay dos caminos: rendirnos, que significa perder porque "pierde el que deja de luchar" o levantarnos y construir. Cada miembro de la familia debe hacerse esta pregunta, y la clave del éxito es descubrir el verdadero objetivo, el que te sacará adelante. ¿El coche último modelo?, ¿estrenar ropa cada día?, ¿viajar por el mundo?, ¿el no tener límites? ... y ¿esto te sacará adelante?
No hay engaño: ni el tener, ni la etiqueta de marca, ni la fama nos saca adelante, sólo el amor nos puede hacer salir de los peores momentos, porque es el motor del ser humano. El amor nos impulsa a salir de nosotros mismos, a buscar el bien del otro, nos da la esperanza para seguir en pie y seguir luchando, y solo el verdadero amor nos hace felices. Este amor se fortalece en la familia.
Viktor Frankl, prisionero en el campo de concentración nazi, experimentó que el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad si contempla al ser querido; si a pesar de todo sigue amando. Así lo expresa en su libro "El hombre en busca de sentido". Esta experiencia es para cuestionarse, ¿cómo un hombre sin nada pudo seguir adelante, amando y por lo tanto ser feliz?
Finalmente, teniendo claro mi objetivo invierto en mi negocio.
Hay varios tipos de inversión, uno de ellos es la inversión de tiempo. Para sacar adelante un proyecto se necesita tiempo, con mayor razón se necesita en el negocio familiar. ¿Cómo queremos construir la familia en un ambiente de paz, alegría y bienestar si no lo consideramos como nuestro principal negocio? Invertir tiempo en familia es darse uno mismo, es invertir tiempo a mis clientes, y en este caso mis principales clientes son cada uno de los miembros de mi familia.
Otro tipo de inversión es de dinero. Con el dinero conseguimos el producto que queremos, ¿qué producto quiero en mi familia? Y aquí es necesario tener claro que es un negocio familiar, ningún integrante se escapa, todos son parte importante y todos buscan el mismo objetivo, porque sin la unidad no se logra el objetivo.
Un negocio no se logra por sí solo, hay que dar el primer enganche. Primero doy de mi dinero para después recibir beneficios con la venta de mi producto. No se entiende muchas veces esta ley en el negocio familiar. Dar para recibir. Tal vez esperamos mucho de cada miembro de la familia pero no nos hemos puesto a pensar que debo dar yo el primer enganche. Ley de vida: se cosecha lo que se siembra. Invierto amor, recibiré felicidad. Invierto egoísmo, cosecharé soledad.
También es importante llevar fielmente la contabilidad del negocio para que aumenten las ganancias.
En toda familia hay tensiones y dificultades propias del desgaste de la rutina diaria. Sólo si sabemos balancear estos momentos con una buena dosis de diálogo, comprensión, empatía, si me preocupo por hacer feliz a quien amo, cada sonrisa que arranco, cada caricia que doy, cada detalle que realizo, se convierte en una ganancia y no permitimos que haya números rojos en nuestra contabilidad familiar.
Sin comunicación entre los integrantes del negocio, ahí quiebra porque la comunicación es básica para manifestar inquietudes, iniciativas o propuestas, es necesaria para resolver problemas, para transmitir experiencias, para llevar juntos este negocio por excelencia. Todos aportan y enriquecen, como nos dice Hugo de San Víctor en su tratado de metodología del saber y de pedagogía, "El más sabio de todos, será quien haya querido aprender algo de todos. Quien recibe algo de todos, acaba por ser el más rico de todos".
Como última recomendación, me gustaría recalcar que el éxito está en la constancia y el amor.
Como dice Benedicto XVI "es el poder del amor, que sabe sacar el bien del mal, ablandar un corazón endurecido, llevar la paz al conflicto más violento, encender la esperanza en la oscuridad más densa".
El éxito de uno es el triunfo de todos. No se trata de no tener problemas, dificultades o sufrimientos, se trata de que la familia se una para enfrentar esos momentos de crisis con perseverancia para lograr su objetivo, que como hemos dicho es encontrar el amor.
Tener ganancias y buen funcionamiento del negocio por unos días, meses o años, no es suficiente, el negocio es para toda la vida porque sin él no sobrevivimos y porque sin él no se puede alcanzar el éxito personal.
Una noticia publicada en la página web de Mujer Nueva (http://www.mujernueva.org/articulos/articulop.phtml?se=4&ca=1&te=1&id=7645) sobre un hombre belga que fue diagnosticado de encontrarse en estado vegetativo hace veintitrés años, pero la realidad es que pasó todo este tiempo plenamente consciente aunque no se podía comunicar. Asegura que logró aguantar gracias a la fe de su familia, logró conservar las ganas de vivir porque su familia creía en él. Siempre se mantuvieron a su lado, según relató su madre Fina en una entrevista a la cadena RTL.
Valoremos este testimonio vivo de una familia que en medio de la dificultad supo dar a este miembro un trato donde siempre sobresalió el valor de la dignidad de la persona y la entrega desinteresada y constante.
Así que invierte en el verdadero negocio y la mejor inversión: tu familia.


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